mariayose
pinturas y palabras
domingo, 25 de agosto de 2019
El lago
En 1x1 metro, una superficie aparentemente pequeña para un lago, aguas ennegrecidas por la noche cedian su sueño a esa insignificante superficie de una profundidad desconocida.
Los patos traian la luz del amanecer en sus graznidos y abrian las aguas ofreciendo un paisaje de jungla o de parque de plaza, segun el brillo del cielo tembloroso de nubes reflejado.
Nos sumergimos, mi perro y yo, tras la estela de los patos. Los seguimos hasta la isla que divisabamos y remontamos con esfuerzo ls orilla, casi lastimandonos con las raices.
La isla tenia una puerta que costaba abrir. Habia que empujarla porque unas bolsas doradas desparramadas por todos lados obstaculizaban el paso. El oro iluminaba la habitacion. Una mujer sin dientes me decia que podia llevarme el oro con una condicion.
Le conteste que no me importaba ese oro. ¿Para que me serviria? Yo solo queria permanecer cerca del lago, pasear y mirar transcurrir los dias y las noches.
La mujer me dijo que eso no era cierto, que yo habia tenido curiosidad por cruzar a la isla, o sea, ambicionaba ver mas. Tuve que darle la razon.
Me dijo que con ese oro podria comprar un pasaje a la luna de Jupiter donde habitaba la nueva civilizacion de moda.
Senti deseos de conocer ese lugar por lo que le pregunte la condicion para tener el oro. Me dijo que la condicion era que la hiciera reir.
Le conte que habia una vez un gato verde que se subia a la cabeza de la gente queriendo vivir como una peluca, pero debido a su color todos lo advertian. Por lo tanto, el gato tuvo la idea de hacerse coiffeur e impuso la moda del pelo verde. Asi pudo saltar de cabeza en cabeza. Cuando se aburria de una, saltaba a otra.
La mujer se rio y me dio el oro, pero me dijo que era una broma porque en la isla no habia habitaciones.
Mire el lago atravesado por las flechas del sol y me vi riendo sin dientes en las aguas temblorosas.
jueves, 12 de julio de 2012
lunes, 27 de febrero de 2012
domingo, 13 de noviembre de 2011
ÁRVORES DEL HABLA
Árvores del habla
Se vestían para escuchar
A los griegos en la plaza
Donde florecía el preguntar
Como enaguas se dilataban
Para encontrar
Las egregias voces
Del primer conversar
Los filósofos no sabían
Por dónde comenzar
Los árvores aplaudían:
Lo humano,
El dialogar,
Las voces que bruñían la soledad
Árvores, albores del silabear
Los hombres les dejaban palabras
Como pássaros en su ramificar
Los árvores las anidaban
Así el lenguaje tuvo lugar:
Los árboles les hablaban
Y los hombres podían nombrar
Se vestían para escuchar
A los griegos en la plaza
Donde florecía el preguntar
Como enaguas se dilataban
Para encontrar
Las egregias voces
Del primer conversar
Los filósofos no sabían
Por dónde comenzar
Los árvores aplaudían:
Lo humano,
El dialogar,
Las voces que bruñían la soledad
Árvores, albores del silabear
Los hombres les dejaban palabras
Como pássaros en su ramificar
Los árvores las anidaban
Así el lenguaje tuvo lugar:
Los árboles les hablaban
Y los hombres podían nombrar
viernes, 30 de septiembre de 2011
Primavera en el Konex
jueves, 18 de agosto de 2011
sábado, 30 de julio de 2011
FOLGA HOLGURA FOLLÍA
En el rio del oro
Los remeros pretendían
llenar sus holgadas arcas :
la holgura querían
Tamizaban las rocas
las dunas sacudían
Los pájaros otros que los miraban
Se decían
¡Follía! ¡Follía!
No saben que el fulgor
Reposa en cierta holgazanería
Como cuando el cuerpo cansado
se tendía
en el rio jade de Andalucía
Y por la bocas sedientas
Jadeante iba
Folga holgura follía
Por buscarla
La holgura
Perdían
Los remeros pretendían
llenar sus holgadas arcas :
la holgura querían
Tamizaban las rocas
las dunas sacudían
Los pájaros otros que los miraban
Se decían
¡Follía! ¡Follía!
No saben que el fulgor
Reposa en cierta holgazanería
Como cuando el cuerpo cansado
se tendía
en el rio jade de Andalucía
Y por la bocas sedientas
Jadeante iba
Folga holgura follía
Por buscarla
La holgura
Perdían
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